Comer sin gluten ¿es más sano?

A menudo me sueltan: ¿Comer sin gluten es más sano? Cada vez me cuesta más responder esta pregunta. En mi caso personal, desde que soy celíaca creo que sigo una alimentación más sana. Sin embargo, no sé si está directamente relacionado con el hecho de comer sin gluten, o bien, por los cambios que ha sufrido mi alimentación.

Los productos sin gluten

Técnicamente, los productos tienen mínimas diferencias a nivel de calorías, grasas saturadas y otras maravillas. Es decir, la diferencia de calorías que existe entre la pasta sin gluten y la pasta normal es mínima. Por lo que, si nuestra alimentación es igual a la de un no celíaco, nuestra alimentación será igual de sana (para bien o para mal).

De hecho, muchos productos sin gluten contienen más grasas trans y azúcares para mejorar su sabor, lo que los hace menos saludables. Según la Sociedad Americana de Nutrición Clínica, los productos sin gluten tienen un mayor índice glucémico que los productos equivalentes.

¿El gluten es malo para los no celíacos?

Si no tienes problemas con el gluten y decides seguir una dieta sin esta proteína que se encuentra en varios cereales, tu salud no tiene porque notar la diferencia, siempre que mantengas una dieta equilibrada.

Algunas corrientes apuntan que seguir una dieta sin gluten y sin ser celíaco puede provocar que, a la larga, se desarrolle una intolerancia o sensibilidad al gluten temporal.

Si embargo, el doctor experto en celiaquía Fernández Bañares, no lo ve así. Para él, el mayor riesgo que existe, es que un celíaco no diagnosticado siga una dieta a medias y no desarrolle síntomas, de forma que finalmente no se desenmascare la enfermedad.

Pero ¿Por qué desde que como sin gluten como más sano?

En mi caso influyen varios aspectos. En primer lugar, soy mucho más consciente de lo que como. Es decir, vigilo y cuido más mi alimentación, y, sin lugar a dudas, eso provoca que lleve una alimentación más sana. Otro aspecto muy importante, es el precio de los productos sin gluten. Me influye porque como menos “comida basura”.  Si quiero comer bollería sin gluten, me cuesta 3 o 4 veces más, eso hace que me lo piense dos veces antes de comprarla y, por tanto, de comerla.

El precio de los productos no favorece que los celíacos se alimenten única y exclusivamente de los productos comprados.

Por otro lado, el precio de los productos provoca que cocine más en casa. Por ejemplo, las galletas o el pan sin gluten. Además, al hacerlos yo misma, puedo decidir los ingredientes que voy a utilizar (por ejemplo, las harinas sin gluten), lo que sin duda afecta a que mi alimentación sea más sana.

Por último, también me he vuelto más cocinitas, porque para mi, la comida sin gluten casera está mucho más rica que la comprada. Por tanto, si tengo que elegir entre pan comprado o casero, lo tengo claro.

Comer sin gluten no significa vivir de la ensalada

Es un error en el que cae mucha gente. Comer sin gluten no es eliminar todos los productos que llevan gluten de tu alimentación y quedarte con una triste ensalada. Los celíacos procuramos sustituir y, por tanto, intentamos comer como el resto, sólo que con una pequeña diferencia: retiramos el gluten.

Lo mejor para comer sano es seguir una dieta equilibrada y variada, sea con o sin gluten.